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Mostrando entradas de enero, 2011

Las últimas palabras

Narváez. Leo en un recorte de prensa antiguo que se ha publicado (es decir, se publicó hace tiempo) en Seix Barral una antología de últimas palabras cuyo autor es (o fue) Werner Fuld (Heidelberg, 1947- ¿vivo aún?). No sé si en ese Diccionario de últimas palabras aparecerán las del general Narváez. El sacerdote que lo asistía en sus últimos momentos le dijo que para ir al cielo tenía antes que perdonar a sus enemigos y el político y militar, en gesto torero y castizo dijo (con dos c...): No es necesario. He hecho matar a todos . Sin ponernos tan trascendentales, a pesar del frío y la falta de luz reinantes, podríamos pensar en tono humorístico cuáles serían las frases finales que uno nunca querría pronunciar. Verbigracia: - ¡Está verde, verdeeeee! (un sevillista fallecido en accidente de tráfico al referirse al color del semáforo). Para el caso de los béticos es igual, pero con ¡rojo, rojoooooo! -Marta, me muero (el infartado que fallece en pleno acto con su legítima pero que recuerd

Buscando el gol entre la niebla

¿Los conocen? Yo tampoco (hoy nadie conoce a nadie). No conozco sus nombres ni sus vidas. Pero sí sé algo de ellos: son ciegos, futbolistas ciegos que cada fin de semana, bajo mi balcón, buscan el gol (o a Dios, como Unamuno) entre la niebla de su ceguera. No pueden ver el balón, así que deben llevarlo pegado al pie. Sólo pueden fiarse de su oído, que les indica por dónde suenan los cascabeles que lleva dentro la pelota. No son futbolistas conocidos (ni falta que les hace). No ganan millones de euros (¿no es ese suficiente premio para los que sí lo hacen?). Tampoco se dedican al fútbol por dinero. No los persiguen las cámaras ni los focos de esta sociedad perdida que no sabe cómo encontrar noticias donde no las hay. No reciben premios diarios (Balones del Loro ) como homenaje por haber recibido premios el día anterior. No son como otros deportistas o entrenadores que sí son profesionales y están todo el día en el candelabro de la caja tonta para soltar sandeces a cada instante. Para mí

Romance de la cabalgata de Reyes de Sevilla (5 de enero de 2012)

El alcalde de Sevilla la historia quiere cambiar: quiere tres Reinitas Magas que vayan a desfilar. Con Melchora y Baltasara Gaspara relumbrará, serán reinas de los niños y los grandes sonreirán. Fuera la cremallerita, fuera ya la paridad: reinen hembras para siempre y al varón que le den ya un billete hacia el Oriente y que nunca vuelva más. Y aquí ya acaba esta historia de ciudad tan singular. ____________ P.S.: Al niño de la primera carroza de la cabalgata de re

Los tíos del turrón

Al arquitecto de «Pons Asinorum». Según el autor de una bitácora que suelo leer habitualmente (cuando me dejan), los sevillanos vivimos de celebración en celebración en un afán festivo típicamente andaluz. En definitiva, que somos como el tío del turrón, que vamos de feria en feria. No quiero entrar en polémica, pero sí aclarar algunos matices: es cierto que aquí en el sur la fiesta es consustancial al andaluz, forma parte intrínseca de su código genético, igual que la cerveza al sol o el gusto por la conversación distendida. La calle nos llama. Decía Santa Teresa que aquí el diablo tienta con más manos . No obstante lo dicho, (y aquí viene el matiz) la fiesta es para muchos de nosotros compatible con el trabajo. Ocio y negocio ( ne ocio ) son a veces dos caras de la misma moneda. El ejemplo más evidente es la feria de abril (este año de mayo) de Sevilla: ¿cuántos negocios se firman entre catavinos con manzanilla sanluqueña? ¿Cuántos sevillanos tienen cuerpo -y cartera- para aguantar u