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Mostrando entradas de diciembre, 2020

LA PROFESORA DE LATÍN

A vosotros, queridos lectores, a quienes deseo una feliz Navidad          Recuerdo a veces con todo tipo de detalles, y a pesar del tiempo transcurrido, su voz, su mirada, sus gestos..., y creo entonces que aún la quiero con la misma intensidad que en aquellos días dorados en que yo cursaba el tercer año de bachillerato en mi pueblo, hace ya una eternidad.         A pesar del tiempo transcurrido, de vez en cuando, en los instantes anteriores al sueño o en los previos al despertar, me viene el recuerdo de sus deliciosas mejillas coloradas en los fríos días de invierno o el de su melosa y musical voz, que recitaba el Arte de amar de Ovidio al tiempo que iluminaba mi alma de escolar, aún desconocedora de las trampas de la vida, apenas esbozadas en los libros juveniles que devoraba con fruición.         Incluso creo recordar, o más bien imaginar, su perfume, quizás una fresca agua de colonia que inundaba el aula en cuanto ella aparecía.         Tenía un rostro angelical de blancas

NAVIDAD FELIZ

          Porque hace tiempo que nos merecemos un descanso tras un año tan terrible como el que estamos padeciendo; porque hace años, mucho antes del coronavirus, que nuestra existencia se había convertido en un vaivén insufrible de idas y venidas marcadas cada vez más por una aplastante y temible presencia de lo tecnológico; porque habíamos olvidado en gran medida la parte humana de nuestra esencia en aras de una impasibilidad robótica que va en contra de nuestra naturaleza; porque arrinconamos la fe en una esfera tan íntima y privada que ello nos impide compartir con los demás su salvífica presencia; porque sencillamente somos humanos y ello nos debe enseñar la fragilidad de nuestro viaje a través del espacio y del tiempo; porque quizás hemos de desterrar de una vez por todas de nuestro corazón la idea de que seremos más felices cuanto más consumamos productos que al instante desecharemos o porque, simplemente, abandonamos hace ya una eternidad la idea de que podemos ser pequeños d

¿HACE SONIDO UN BALÓN QUE BOTA A PUERTA CERRADA?

                                     A mi querido amigo Eduardo Hace unos días, un querido amigo mío que se dedica en sus ratos libres a ser árbitro de mesa de partidos de baloncesto, sabedor de que he presenciado alguna vez partidos de baloncestistas en silla de ruedas y me ha emocionado el tesón y el denuedo con el que estos competían, me mandó un calendario de partidos que iban a desarrollarse cerca de mi casa por si yo estaba interesado en presenciarlos. Al día siguiente me mandó un mensaje en el que se disculpaba por tener que comunicarme que desgraciadamente iban a desarrollarse a puerta cerrada. Nada más que eso, un simple mensaje entre los miles que recibimos cada mes. Pero esta vez me paré. Me paré literalmente, dejé de caminar para leer bien sus palabras y pensé que aquella era la noticia que más me había marcado de toda la semana, aunque no sabría decir por qué. Quizás porque hace tiempo que no dedico un rato a sentarme a escribir mis ideas (y debería hacerlo más); q