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Quien presta un libro siembra parte de sí mismo en la entrega. En este caso, el riesgo de la inversión (que es la pérdida) se compensa con creces por la semilla plantada.

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Se educa mejor con ejemplos de conducta moral y de inteligencia que con buenas palabras, incluso a aquellos que dejaron de confiar en éstas hace mucho tiempo.

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El capitalismo salvaje que estamos sufriendo en nuestros días se alía peligrosamente en España con el pecado nacional (el orgullo, sabiamente descrito por Cadalso), hijo del afán de hidalguía que cada español tiene codificado en su mapa genético.

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La felicidad es un estado del alma incompatible con el verbo SER, que es enemigo de los inevitables cambios. Uno está o no está feliz, pero no podemos alcanzar a decir que somos o no somos felices.

Comentarios

Sobre tu última reflexión, hace tiempo escribí esto. Un abrazo.
Quizás don Ángel "era" realmente feliz, por lo que no utilizaba en ese contexto el verbo "estar". Esto, por cierto, es difícil decirlo de los maestros de hoy.
Yo me conformo con estar, que no es poco. Un abrazo mercurial.

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