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Mostrando entradas de marzo, 2014

ZOMBIS CAMINANTES

-->     Mal envueltos en los jirones de sus hábitos, caladas las capuchas, bajo los pliegues de las cuales contrastaban con sus descarnadas mandíbulas y los blancos dientes las oscuras cavidades de los ojos de sus calaveras, vio los esqueletos de los monjes, que fueron arrojados desde el pretil de la iglesia a aquel precipicio, salir del fondo de las aguas, y agarrándose con los largos dedos de sus manos de hueso a las grietas de las peñas, trepar por ellas hasta tocar el borde, diciendo con voz baja y sepulcral, pero con una desgarradora expresión de dolor, el primer versículo del salmo de David: ¡ Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam tuam !    Gustavo Adolfo Bécquer: El Miserere (1862).     Me dijo hace unos días una alumna buenecita que ella veía una serie de televisión en la que salen zombis. La verdad es que me quedé un tanto perplejo, ya que me extrañó que aquella cándida criatura se dedicase a contemplar esa serie, llena de imágen

¿POR QUÉ LA GENTE ANDA POR LA IZQUIERDA?

-->     El niño bien educado irá siempre por el lado derecho de la calle y no por la acera izquierda.     Cartilla moderna de urbanidad (Niños) ; Barcelona, Editorial F.T.D., 1929. Página 8.     Definitivamente, los peatones no andan ya por la derecha, la cual era hasta hace poco la dirección que todo el mundo seguía en su paso por las aceras.    No, los viandantes ya no van por su derecha. Y no sólo eso, sino que además -en sitios de cruce estrechos- no se giran de lado para presentar un perfil menos ancho al peatón que viene de frente. Lo que la gente hace es avanzar de frente igual que un soldado en una formación militar, ofreciendo toda su envergadura de pecho y brazos, a veces con mirada desafiante que se puede interpretar como “Aquí estoy yo”.     Y si encima te pisan o se rozan excesivamente contra ti, no esperes una disculpa, porque ni siquiera se volverán para ver cómo has quedado después del encontronazo.     Puede parecer un asunto ba

IMPRESIONES SOBRE LA PRIMAVERA EN SEVILLA

    No sé si la misma clima de la tierra, que he oído siempre decir los demonios tienen más mano allí para tentar, que se la debe de dar Dios, y en esto me apretaron a mí, que nunca me vi más pusilánime y cobarde en mi vida que allí me hallé: yo, cierto, a mí mesma no me conocía. Santa Teresa de Jesús, Libro de las Fundaciones .     Unas palabras me manda hacer mi amante (en mi vida me he visto en tal aprieto) que hablen de Sevilla, ciudad fascinante, que me acogió hace ya tanto tiempo.     Es difícil en Sevilla, sobre todo en primavera, ser escritor y más aún escribir de esta ciudad, así como hacerlo sin caer en el tópico o en la rima fácil de “Sevilla” con “maravilla”.     Es ésta una ciudad que tiene múltiples facetas. Seducidos por la belleza de sus calles, deambulamos por ellas estos días luminosos extasiados por el aroma del azahar en los naranjos, preñados de estas blancas florecillas; por las notas de color amarillo y ve

UNA HISTORIA PERIPATÉTICA

    Ha sido muy comentada estos días atrás la eliminatoria futbolística de la Liga Europa que ha enfrentado a los dos equipos sevillanos de Primera División, Sevilla y Betis, con el resultado ya conocido del pase a cuartos de final del primer equipo.     Sin embargo, hoy quiero referirme a la eliminatoria que enfrentó al Betis contra el equipo croata del Rijeka en la liga previa de dicha competición el pasado doce de diciembre de dos mil trece.     Ese día me había comentado un compañero de tren que en una poco conocida librería del centro de Sevilla (la librería Al Ándalus ) estaban ofreciendo descuentos del cincuenta por ciento, así que hasta allí me encaminé.     Primero pasé por la antigua calle Capitán Vigueras (aún no sé cuál es su nombre nuevo). Mientras andaba hacia mi destino libresco, iba pensando en iniciar un proyecto literario (al que llegué a dar nombre incluso: “Historias peripatéticas”) que consistiría en ir publicando mis pensamientos

DE PALABRAS Y LUCES

    Las palabras llegaron a ti desde muy lejos, por océanos, por tierras remotas, por ríos profundos, a través de rutas antiguas o de cables submarinos, a caballo, en barco, en camello, en aviones...     Las palabras llegaban en paquetes y tú abrías con delectación tus puertas a ellas, adornado con el mejor de tus brillantes vestidos de fiesta.     Pero todo aquello se convirtió en humo. Saliste ardiendo una tarde en que un actor declamaba en tu interior antiguos versos de origen griego. Todos huyeron.    De ti sólo quedó una placa ennegrecida (TEATRO...) y una lámpara de araña gigantesca que terminó en manos de un buhonero.     Pero la vida es curiosa y en cada vuelta al sol la Tierra vuelve a nacer: el hijo del buhonero conservó la historia de tu vida, querido teatro, la engrandeció, añadió páginas de su invención y, pasados los años, concibió la idea de fundar un nuevo escenario que acogiese de nuevo las palabras, errantes palabras, que acudieron

Recuerdos del niño que fui (Epílogo)

La verdadera patria del hombre es la infancia . Rainer Maria Rilke, Cartas a un joven poeta .     Quisiste meses atrás hacer un ejercicio de estilo: narrar por primera vez en tu vida en primera persona. Pero contar historias desde un yo es muy difícil, especialmente si aquello que cuentas es tu propia existencia.     Quisiste contar tu infancia, fijarla con palabras, perseguir con la tinta imágenes perdidas en el velo de tu memoria.     Te diste cuenta inmediatamente de que los recuerdos fluían fácilmente, de que el papel absorbía la tinta de aquellas situaciones pasadas como si fuesen aún frescas, de ayer por la mañana.     Pero también notaste que la primera persona te daba un protagonismo que apenas nunca has buscado en tus escritos. Y te volviste pudoroso, como desnudo ante los demás.     Iniciaste un rastreo de olores, de vivencias, de visiones de cuartos de casas antiguas, de libros perdidos, de personas que ya no están... Todo el

La fe

No desdeñéis la palabra; el mundo es ruidoso y mudo, poetas, sólo Dios habla. Antonio Machado, Nuevas canciones .     Al final de la infancia recibí, en un grupo en el que también estaba mi primo Waldi, la Primera Comunión en la iglesia de Riotinto de manos de Don Isidro (que en paz descanse).     Mi familia lo celebró con un convite en las aulas de Preescolar de Bellavista. Parece que estoy viendo aún la tarta con forma de campo de fútbol y aquellos álbumes y libros religiosos que nos regalaron y que tenían aquel olor tan especial.     La fe era entonces para mí un gran misterio. Yo procuraba tenerla, pero me costaba trabajo encontrarla en la repetición de la ceremonia de la misa, que para mí era un rito cansino del que uno no podía librarse cada domingo.     Sin embargo, la trascendencia se nos presenta a todos alguna vez en medio del camino. Para mí estaba en el rito anual de la Esquila, en esas voces masculinas que, en l

La angustia

   Daba el reloj las doce... y eran doce golpes de azada en tierra...    ... ¡Mi hora! —grité— ... El silencio me respondió: —No temas; tú no verás caer la última gota que en la clepsidra tiembla.    Dormirás muchas horas todavía sobre la orilla vieja y encontrarás una mañana pura amarrada tu barca a otra ribera. Antonio Machado, Soledades .                  Un niño empieza a dejar de serlo cuando toma conciencia plenamente de que su vida se terminará extinguiendo.     En mi caso, tengo bien asentados en mis recuerdos unos días aciagos, negros, en los que se me hizo presente la idea de la muerte de una manera horrenda.     Fue un fin de semana. Recuerdo que estaba viendo en la televisión las noticias del Telediario . El periodista comentaba una información sobre una amenaza de guerra nuclear. Eran aquellos los años de la Guerra Fría.     Ilustrando aquella noticia, unas imágenes de hongos nucleares me sobrecogieron.     Aquellos dos días, sábado