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Mostrando entradas de julio, 2021

¿USTEDES "SABÉIS" PARA QUÉ SIRVE UN FILÓLOGO?

    GRAN DUQUESA: ¡Oh, pobre señora Yakushova!, estamos hablando en charada: debe de preguntarse de qué se trata. NINOTCHKA: Nada de eso. Lo entiendo muy bien: el conde le regaló un perro. Lo ha dicho muy claro, señora. GRAN DUQUESA: ¡Oh, Dios mío!, estoy perdiendo mi distinción. Si no voy con cuidado, me entenderá cualquiera.   Ernst Lubitsch: Ninotchka (1939).   A mi antiguo alumno Luque, futuro profesor mágico        Hace unos días me dio por ordenar mi trastero, lo cual viene a ser algo parecido a la experiencia de un astronauta que atraviesa la singularidad de un agujero de gusano.      Actividades como esa son peligrosas porque, aparte de convertir todos los átomos de tu cuerpo en una sola onda,   pueden aumentar en tus vías químicas neuronales los niveles de melancolía por el pasado perdido.      Allí se encuentra uno de todo: viejas agendas, herramientas que hace años que no usa (pero que se guardan por si acaso se fueran a usar algún milenio de estos),

EL AUXILIO SOCIAL

         Durante varios años he llevado a mi hija al colegio en taxi un día en semana.       No sé, querido lector, si sabe que tengo el carné de conducir caducado desde hace años porque odio profundamente tener que guiar un vehículo.      De modo que, en cumplimiento de mi obligación paterna, he tenido que llevar a mi hija a su colegio (situado en zona de los dominios del Real Betis Balompié) durante varios años en múltiples taxis.      Por tanto, tengo muchas anécdotas que contar de todos esos desplazamientos. Por ejemplo, una de ellas está relacionada con la presentación de mi segundo libro en papel, El profesor sevillano y otros cuentos . Tuvo lugar el 25 de octubre de 2012. Fue una tarde de mucha lluvia, tanta que las sillas del salón de actos del Colegio de Enfermería de Sevilla apenas estaban ocupadas por familiares y amigos muy cercanos. Al salir a la calle, continuaba el pertinaz aguacero. Los supervivientes fuimos a resguardarnos a un bar cercano, donde siguió la conversación

LA AUSENCIA DE ESPAÑA EN LAS OLIMPIADAS DE BERLÍN EN 1936

       Como es sabido, estos días se disputan los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aplazados por motivo de la pandemia que aún nos sigue hostigando.      Son 320 los deportistas españoles clasificados para este evento, inspirado en los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia.      Es un número elevado de competidores, si tenemos en cuenta, por ejemplo, que en las Olimpiadas de Los Ángeles de 1932, debido a la crisis económica de entonces y a la lejanía de dicha sede, España solo pudo enviar a seis deportistas en total, en concreto a cinco tiradores y a un navegante en vela (Santiago Amat), que consiguió una medalla de bronce. Los atletas estuvieron ausentes en esa edición, a pesar de las esperanzas que habían despertado los marchadores.      Cuatro años más tarde se disputaban en Berlín los Juegos Olímpicos, que Hitler quiso convertir en un escaparate mundial de las bondades del nazismo, con ayuda del ministro de propaganda Joseph Goebbels, del arquitecto Albert Speer y de la ci

EL CAMINO DEL ZUMAJO

       Hay varios senderos para llegar al pantano del Zumajo, pero a mí el que más me gusta parte de la casa de mis padres en Minas de Riotinto.      Es un camino rojizo y pedregoso, lleno de fragmentos de cuarzo y de pizarra.      No es una senda larga, pero sí exigente, sobre todo a la vuelta, debido a la subida y a lo inestable del terreno.      Pasado el primer huerto, a la izquierda, poco después de iniciar el camino de bajada, nos sorprendía siempre la visión de un prado verde con vacas alfombrado con las estrellas blancas de las margaritas.      De pequeños, mi hermano y yo recorríamos aquellas trochas con mi abuelo Manuel en busca de palmitos. Él nos enseñó la forma de extraer el corazón de la planta, que es la parte más sabrosa. Es una operación de mucho trabajo en la que hay que dirigir muy bien los golpes dados con el sacho.      A ambos lados del camino hay varios huertos, algunos de ellos hace tiempo ya convertidos en ruinas.      En uno de ellos, a la derech

LAS SENDAS DE FUENTEHERIDOS

       Yo era un niño entonces, un crío flaco y enfermizo amante de los libros y de las películas que echaban los dos únicos canales de televisión que había entonces.      Padecía, entre otras enfermedades, de asma y por ello el médico les aconsejó a mis padres que yo debía respirar aire puro.      Unos tíos míos, primos de mi madre, tenían una casa en la sierra de Huelva, en el pueblo de Fuenteheridos, al lado de la entonces ruinosa plaza de toros de la localidad. Mis tíos se ofrecieron a dejarnos su casa una semana que, creo recordar, fue la de las vacaciones de Semana Santa. De modo que allí me instalé con mis abuelos maternos, en uno de los momentos más felices de mi vida. Por las mañanas, mi abuelo Manuel y yo salíamos por los alrededores del pueblo para buscar plantas aromáticas. Mi abuelo me enseñaba los distintos nombres de las hierbas de aquella variopinta flora silvestre: poleo, romero, jazmín, siempreviva, menta, tomillo, mejorana, manzanilla... Para mí era un

ENSAYO SOBRE LA CONTEMPLACIÓN

         Queridos lectores:            Hace cinco años, entre julio y agosto de 2016, fui escribiendo durante mis vacaciones de verano un ensayo titulado Meditaciones sobre la contemplación .        Estos días atrás he estado revisándolo con idea de parcelarlo para su publicación en este blog (y de hecho les he presentado algunos fragmentos de dicho libro), pero, debido a la extensión del texto, prefiero ofrecérselo ahora a ustedes íntegro en un PDF en línea que podrán descargar si ustedes gustan AQUÍ .        En estas Meditaciones quise reflexionar en voz alta sobre la importancia de la contemplación, la meditación y la atención plena en una época como la nuestra en que apenas se valoran estas actitudes tan necesarias para el desarrollo del ser humano.        Espero que disfruten ustedes con ellas tanto al menos como yo lo hice escribiéndolas.        Un muy afectuoso saludo de          José Manuel Gómez Fernández.       

LA TERRIBLE PÉRDIDA DE LA ATENCIÓN

                               Querido lector:   He escuchado y leído muchas clasificaciones del ser humano, pero creo que, en esencia, los individuos de nuestra especie se dividen en dos grandes grupos: los activos y los contemplativos, con muchos matices entre los dos extremos. La realidad no puede verse solo en dos colores (blanco o negro), porque hay muchos matices intermedios. En este caso, hasta la persona más apegada a las necesidades de movimiento de su cuerpo tiene necesidad de contemplar; y, por otro lado, hasta el monje más estricto tiene necesidad de actuar y moverse en algún momento de su camino espiritual. Acción o contemplación… En medio de esos dos polos se mueve (o debe moverse) nuestra existencia. Lo malo es que se nos está proponiendo continuamente un modelo de individuo esencialmente activo (creativo, nómada, tecnológico…) que es el que conviene al sistema de la sociedad de consumo. Los profesores nos quejamos de que en clase, con especial énfasis en l

LA DISTANCIA DE LOS ERIZOS

                 Querido lector:   Hemos de buscar el silencio en algún momento del día para poder aprehender la realidad. El Diccionario de la lengua española (DLE) de la Real Academia Española define, por cierto, aprehender como “concebir las especies de las cosas sin hacer juicio de ellas o sin afirmar ni negar”. Hace unos años leí una entrevista en el diario ABC al escritor Pablo d´Ors, autor del conocido libro Biografía del silencio (Editorial Siruela, 2012), el cual es un elogio de la meditación. En dicha entrevista, d´Ors afirmaba que a lo largo de un día el ser humano tiene que buscar la acción, la palabra y el silencio. “La valía de un hombre -decía Nietzsche- se mide por la cantidad de soledad que le es posible soportar”. Yo añadiría que la medida de esa soledad está en el silencio que la persona es capaz de producir, silencio exterior (la ausencia de las palabras nunca dichas al aire) y silencio interior (el callamiento de los pensamientos obsesivos que producen

MEDITACIONES SOBRE LA CONTEMPLACIÓN (Y EL SILENCIO)

    Lejos de todo, en Beni Abbès percibí la ridiculez e insignificancia de los afanes en que tanto me había debatido en otros tiempos. Por fin comprendía que se nace para vivir, para nada más. Que vivir es la principal tarea y que, para llevarla a cabo, no es preciso desarrollar ninguna actividad en particular. El desierto me estaba haciendo descubrir que no hay excelencia alguna en la conquista -sea cual sea-, que la excelencia -si es que cabe hablar de ella- está en la misma vida, y que vivir consiste simplemente en descubrir lo elemental.   Pablo d´Ors: El amigo del desierto. Relato de una vocación (Editorial Anagrama, Colección Compactos, 2009).         Querido lector:   “Contemplar” es palabra que procede de “templo”, del latín templum . El Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española, en su edición de 1739, titulada Diccionario de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phra