El autor se lava los dientes (en monólogo interior)
Mala cara todavía. Debo comer más; últimamente escribo demasiado y no me cuido mucho. Pasta, cepillo, vaso de agua..., me gusta lo que he escrito, pero lo último..., eso de que en/con la muerte se paga toda la vida..., no sé, frotar los dientes, arriba y abajo, desde la encía hasta el diente, delante, detrás..., no me convence..., bueno, al fin y al cabo es lo que opina el compañero del protagonista..., arriba, abajo, enjuagar..., en el concepto que éste tiene de la muerte no entra pagar nada porque hayas sido de una u otra manera, delante, detrás, la muerte en aquel sitio es igual de desesperante para todos,... beber, escupir, frotar,... no hay un premio, un pago, una bula de salvación eterna allí abajo, delante, detrás, arriba, abajo, ...todos sufren aquel calvario del pensamiento...beber, escupir, bueno... lo dejaremos así, me gusta, mañana lo releeré, secar cepillo y boca, apagar luz, hasta mañana. Tras el embozo de la sábana: todos sufrimos, todos morimos, así que ¿para qué escribir monólogos interiores o cepillarse los dien-tes?..........................................................................................................................................................................
Comentarios
Un abrazo mercurial.
Un abrazo
Gracias por leer estos restos de naufragio novelístico. Ya que al menos en su momento no pude publicar el texto completo (intitulado "Una novela imposible"), recogeré en una serie las partes más "blogueables" (¡anda!, ¡si acabo de inventar un nuevo "palabro"!) de dicha anti-novela, cuyo texto completo está en formato "embedit" publicado en mi blog (por si a alguien le interesa leerla).
Un abrazo mercurial y "bloguemio".