Querido lector:
Hace unos meses publiqué en este blog una entrada en la que hablaba de antiguas fotografías de tabernas de Sevilla.
Me preguntaba en dicha entrada cuáles serían los nombres de aquellos parroquianos y camareros de antiguos bares hispalenses.
Ahí quedaron mis palabras. Pasaron los meses y, cuando tenía casi olvidado este blog, he aquí que hace unos días recibo un correo de la nieta de uno de los retratados, Alfonso Borrero Pavón, quien, curiosamente, aparece con tres paraguas en la mano derecha. Él está en la parte izquierda de la foto, al lado de unos señores con capas españolas. Una pieza encontrada del rompecabezas de esta fotografía antigua.
Me dice Isabel, la nieta, en su correo que le ha hecho mucha ilusión ver la imagen, aunque borrosa, de su abuelo y me ha explicado algunas de las circunstancias vitales de Alfonso. En Internet he encontrado otros datos.
Nació en Paterna del Campo (Huelva) el 23 de marzo de 1903 y en los años 20 del pasado siglo se mudó a Sevilla, lo cual confirmaría que la foto no fue tomada hacia 1915 sino unos pocos años después.
Alfonso se casó con Isabel Lavado Domínguez y murió en 1978.
Era capataz del puerto de Sevilla, lo cual casa con el hecho de que en las fotos de Loty aparezcan instalaciones del puerto: ¿quizás debido a un permiso de Borrero sellado, como se hacían antes los negocios, con manzanilla en la barra de una taberna?
Borrero era sobrino del famoso capataz de Semana Santa Eduardo Bejarano. Él también fue un capataz famoso en el ámbito cofrade sevillano, sobre todo por ser el impulsor de las levantás a pulso. Su apodo, debido a la exquisita perfección de sus cuadrillas de costaleros, cargadores de los muelles que estaban a sus órdenes tanto en el puerto como debajo de los pasos, era "el Monstruo".
Aquí encontrará Vd. más información.
Valgan estas palabras de humilde homenaje a un hombre bueno y a una época en la que, en medio del humo de los cigarros (que velaba, como en ésta, las fotografías), los hombres, encorbatados, sellaban los negocios en las tabernas.
Quizás el tiempo me traiga alguna pieza más de este antiguo rompecabezas.
Comentarios