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Mostrando entradas de septiembre, 2014

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA (Carta sexta)

Carta sexta     Querida hija:     Me dijo un buen poeta hace tiempo que la conquista del escritor no está en ver publicadas sus palabras, sino en seguir escribiendo.     Ésa es una gran verdad. Un escritor se define ante todo por su oficio, es decir, por su escritura. Por ello, todo lo que rodea a sus palabras (premios, editoriales, críticas, redes sociales, blogs ...) es un mundo exterior a ellas.     Lógicamente, todo escritor desea ver publicado el fruto de su trabajo. Es muy grato ver tus palabras en libros e ir dándoles salida de esa manera.     Sin embargo, si tus palabras no son imprimidas no debes preocuparte. No debes pensar en ello como en un fracaso.     Afortunadamente, hoy en día además hay muchas formas de publicar textos, como por ejemplo los blogs , combinados con las redes sociales.     Es verdad que éstas son ediciones virtuales que no parecen tener la misma pervivencia que una edición en papel. No obstante, son u

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA (Carta quinta)

Carta quinta     Querida hija:     La pregunta esencial que todo escritor debe responder en su interior es qué espera de su escritura.     Las respuestas pueden ser variadas: un oficio del que vivir, pasar buenos ratos, conocerse a sí mismo y al mundo que lo rodea...     En mi caso no pretendo vivir de mi escritura, pues ya tengo un trabajo que me permite vivir medianamente bien, el de profesor de Enseñanza Secundaria. Además, el trabajo del escritor profesional es para mí demasiado exigente: medio año lo pasa escribiendo con la presión de tener que saber vender sus palabras y, el resto del tiempo, promocionando sus libros en interminables viajes, presentaciones, programas de radio y televisión... Un horror.     Yo te aconsejo que no pagues nunca nada por publicar tus libros y que tampoco pretendas ganar dinero con ellos.     Para mí la literatura es un arte y, como todo arte, debe entregarse como un regalo al espectador (lector en

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA (Carta cuarta)

--> Carta cuarta     Querida hija:     Es importante, antes de escribir ninguna palabra de la obra literaria, elaborar previamente un borrador.     En él hay que plasmar cuestiones esenciales como cuáles van a ser los temas tratados, cuál el género literario que vas a emplear (poesía, ensayo, teatro o narrativa) o qué extensión va a tener previsiblemente tu escrito.     Cuando inicio un nuevo proyecto literario procuro, especialmente si va a ser un proyecto ambicioso, rellenar varios folios con ideas previas.     Curiosamente, cada nueva obra necesita un método propio. Por ejemplo, un cambio de la tercera a la primera persona narrativa, o bien el paso de un formato de diario a uno de cartas.     El escritor, si quiere progresar en su arte, debe plantearse retos, no quedarse encasillado en etiquetas que le pongan los demás o que se ponga él mismo.     Los retos significan evitar los miedos y superarlos. Por supuesto, un es

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA (Carta tercera)

Carta tercera     Querida hija:     Hay un asunto interesante en la cuestión literaria: ¿el personaje principal que crea el narrador es realmente él?     Yo pienso que en parte sí y en parte no. Un personaje es un á lter ego (un “otro yo”), una creación de palabras que es imitación del escritor.     No obstante, éste puede multiplicarse en más de un personaje en su obra, aunque lógicamente el principal, el protagonista, sea el que reciba la mayor parte de su carácter y de su historia personal.     Pienso que el protagonista de una historia es un yo mejorado, perfeccionado del escritor en esa mentira hecha de palabras que es el texto literario.     La vida es muchas veces demasiado previsible y aburrida, de ahí que los escritores inventemos historias de otras vidas más heroicas que las nuestras, queriendo reflejar vidas de hombres de acción en lugar de la vida de contemplación a la que estamos por naturaleza encaminados. Como en el cuent

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA (Carta segunda)

--> Carta segunda     Querida hija:     No sé si con tus nueve años vas a entender bien todo lo que te digo en estas cartas. De todas maneras, al escribirlas pienso en ti no como la niña que eres, sino como una mujer madura que dentro de mucho tiempo lee estas palabras de un padre a su hija.     En la anterior carta te decía que debes evitar que la escritura se convierta en ti en una obsesión.     En verdad, la actividad natural del ser humano en relación con el conocimiento no es la escritura, sino la lectura. Leer nos sirve para comprendernos a nosotros mismos y también para comprender el mundo. Es algo más que una afición: es la manera que tenemos de rememorar el pasado, de preservar las emociones que nos hacen humanos, de comprender nuestro presente, de prever y organizar el porvenir, de oír las voces de nuestros antepasados... Muchos podríamos renunciar a escribir, pero nunca a leer.     A muchos lectores apasionados nos ocurre, en algú

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA

--> A la memoria de mi tía Angélica Carta primera     Querida hija:     Hace unos días inútilmente intentaste, como otras veces, que yo dejase mis papeles y me pusiera a jugar contigo al ajedrez.     Ante mi negativa, me soltaste las siguientes preguntas: “Papá, ¿por qué no me haces caso? ¿Por qué estás siempre escribiendo por las tardes?”.     Aquellas palabras me hicieron reflexionar. No supe entonces qué contestarte (ya sabes que soy de reacciones lentas), pero llevo días dándole vueltas a la respuesta.    Como no me gusta responder de cualquier manera a cuestiones importantes como ésta, he decidido contestarte por escrito, por carta, como se hacía antiguamente. En estas cartas o epístolas intentaré dar respuesta a tus preguntas y a otras muchas que yo también me hago constantemente y que están relacionadas con las tuyas.     Antes que nada, he de decirte que es verdad que no te hago caso siempre. Pero ese hecho no es