A Rosario Santana, magnífica poetisa de mi pueblo, Minas de Riotinto (Huelva), que tanto añoro Hace mucho tiempo nació en una pequeña aldea del norte un niño que, con el tiempo, habría de cantar con una voz dulce, bella y melodiosa. Siendo ya un muchacho, cantaba a los ríos, a los arroyos, a los neveros de las montañas, a los verdes prados en primavera… y, mientras cantaba, su felicidad traspasaba a todos los que lo oían. Su fama se extendió por la región y una tarde llegó a la puerta de su casa un automóvil (el primero que conocieron aquellos lugares), del cual bajó un orondo empresario. Fue directamente a hablar con el padre del muchacho. El gordo Flores prometió un futuro glorioso para aquel joven: ser reconocido como el tenor más famoso del mundo, viajar por las ciudades de la música (París, Milán, Venecia, Roma, Viena…), conocer a hermosas mujeres… Flores se encargaría de pag...