Hace unos años, en mayo de 2014, escribí en este blog sobre el
impresionante archivo fotográfico del francés Charles Alberty López, conocido
con el seudónimo de Loty, quien retrató entre 1915 y 1936 diferentes lugares
de Andalucía y del norte de África.
Aquel escrito tuvo una continuación, casi año y medio después,
en noviembre de 2015, cuando di a conocer que la nieta de uno de los parroquianos
de una taberna fotografiados por Loty se había puesto en contacto conmigo para
notificarme su alegría al haber descubierto el perfil de su abuelo, a la sazón
capataz del Silencio, en una de aquellas viejas imágenes.
Vuelvo ahora de nuevo al fondo Loty para publicar una serie de
fotografías que retratan los oficios de la Sevilla anterior a la guerra civil.
Las imágenes que ilustran este texto forman parte del fondo Loty
del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Una parte de dicho fondo
fue expuesta en dicho museo del 19 de diciembre de 2002 al 2 de febrero de 2003
con el título Loty. La imagen de Andalucía (1915-1936). Con motivo de la
muestra se publicó un CD-ROM que contiene la colección completa y que guardo
como oro en paño.
Les recomiendo que vayan pasando las imágenes con lentitud,
recreándose en los gestos, los rostros, las herramientas, los espacios allí
representados. Es una verdadera arqueología de cómo era la vida antes de que
hubiésemos nacido: el antiguo mercado de la Encarnación, los puestos de venta y reparación en
plena calle, los almacenes de telas, el trajín del puerto, las tiendas de la
Plaza del Pan, los talleres en los bajos de las casas o en las fábricas (de
alfareros, de azulejeros, de bordadoras, de toneleros, de conserveras...).
Una vida más solidaria, menos tecnológica, más sacrificada,
menos estresada..., otra vida en definitiva.
Es curioso que Loty, que hacía fotografías de los grandes
monumentos y palacios de la ciudad en las que no aparecía apenas ninguna
persona y que estaban destinadas a ser convertidas en postales para los
turistas, retrata también los modos de vida de las clases populares, los astrosos
corrales hacinados de gente, los rostros fatigados pero sonrientes del trabajo
comunitario, la multitud de los centros de trabajo de antes: el puerto, las
fábricas, los talleres, los almacenes de todo tipo de géneros... La Sevilla que
perdimos.
Al final de la semana publicaré otra serie, esta vez dedicada a
las imágenes de cofradías de Semana Santa del fondo Loty.
Que tengan ustedes un buen día.
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