En la primavera de 1986 tenía yo casi quince años y cursaba el primer curso del instituto (1º de BUP). La profesora de Historia, Carmen, le propuso a mi clase al final del segundo trimestre dos opciones: o estudiábamos el tema de la Revolución francesa para un examen o montábamos una representación teatral sobre ella. La clase se decidió por hacer teatro, encomendándome a mí, ya que todos mis compañeros conocían mi gusto por la escritura, la tarea de escribir el texto. En las vacaciones de Semana Santa me empapé en la enciclopedia Labor de la historia de aquella revolución y al volver al instituto le presenté el drama histórico a la profesora. A final de curso representamos la obra para todo el instituto. Yo pensaba que mi tarea en aquella función había concluido con la escritura del texto, pero resultó que el alumno que iba a hacer de Robespierre enfermó y, a mi pesar, tuve que reemplazarlo. El libreto manuscrito de esa obra, titulada El pueblo en armas , me ha...