El polvo de la historia acaba incluso con el oro de los más excelsos imperios.
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Un historiador es alguien que pasa el plumero a las edades ya polvorientas y olvidadas y nos pone delante de los ojos quiénes hemos sido antes de ser.
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Nunca confiéis en aquellos hombres que se ríen de sus palabras, porque las vuestras les resultarán incluso menos interesantes que las suyas propias, por ellos mismos minusvaloradas.
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Los grandes imperios suelen morir de grandeza.
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A veces el empeño de muchos hombres es el de estudiar qué estudiaron muchos hombres del pasado de sus predecesores.
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