Es curioso cómo algunos detalles definen a una sociedad: la luz de lectura en los autobuses interurbanos de líneas regulares es un detalle que queda en manos de la voluntad del chófer (algunos de ellos apagan incluso las luces del pasillo, con lo que el autobús se convierte en una sombra de viajeros cegatos que recorre la noche tenebrosa).
CONCLUSIÓN: Si no hay luz, el chófer impide a un buen puñado de personas el derecho a leer y escribir, o sea, los convierte transitoriamente en analfabetos noctívagos. La triste verdad es que muy pocos queremos ejercer y, por tanto, exigir ese derecho.
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¿Qué es un hombre? A veces, una estrella, una de las más fulgurantes del universo; otras veces, el más miserable grano de arena de una playa desierta y triste. Otras veces es ambas cosas y ninguna a la vez. Depende de cómo tenga el día.
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En España, cualquier cargo (aunque sea de silbato y sin gorra) es rey.
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En muchas ocasiones, los grupos humanos dejan de funcionar bien no por ser dirigidos por los más inexpertos o incapaces, sino por no serlo por los que podrían ser los verdaderamente expertos y capaces (véase lo escrito por el autor con respecto al principio de Gómez).
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