♣ Lo que caracteriza a nuestra época también es la pérdida de las fronteras, de los límites: lo indefinido de los lindes entre realidad y ficción, entre lo que debe y lo que no debe ser permitido o exigido...
Nadie se atreve a poner límite alguno, porque eso supondría hacer un esfuerzo inhumano y ser criticado desde todos lados.
Es más fácil mirar para otro lado y esperar que algo cambien las cosas y que nada nos salpique. Pero es verdad, ¡oh, sí!, que habrá un cambio en la sociedad (pos)moderna: un cambio hacia situaciones peores, hacia un fundamentalismo radical, hijo natural de la crispación existente (fundamentalismos los hay ya políticos, educativos, futbolísticos, artísticos, ecológicos, amoroso-sexuales, etc.).
♣ Mire usted, señor juez. Eran tres los niñ..., los niños que iban en la moto, los tres sin casco, los tres borrachos. Se caen los tres por adelantar incorrectamente mi bicicleta mientras iban riéndose sin prestar atención al tráfico..., ¿y usted me acusa a mí del delito de omisión de socorro?
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