Señoras, señores:
Bienvenidos a esta teleconferencia en
la que quiero aclarar la paradoja de Epiménides, sabio del siglo VI antes de
Cristo, de quien se dice que estuvo dormido cincuenta o cincuenta y siete años
(depende de la fuente a la que acudamos) y que llegó a vivir ciento cincuenta.
Parece que, en uno de sus escasos
momentos de vigilia, escribió unos versos de un poema que han dado mucho que
pensar: ¡Los cretenses, siempre mentirosos, bestias malvadas, vientres
ociosos! La gracia del asunto es que él era cretense, nacido en Cnosos, con
lo cual no se sabe si mentía o no al decir que los cretenses eran mentirosos.
El título de esta entrada es una
reformulación de la frase del sabio cretense que he encontrado en el magnífico
libro de Enrique Vila-Matas París no se acaba nunca.
Voy a intentar sintetizar el
significado de la paradoja (algo que quizás al mismo Aristóteles, si resucitara
para solo ello, habría de suponerle gran esfuerzo, pues parece ser que en vida escribió tres
libros sobre el tema).
Hay cuatro opciones:
1. AV-BV.
2. AV-BF.
3. AF-BV.
4. AF-BF.
(A
corresponde a la primera oración y B, a la segunda; V es verdadero y F, falso)
Opción 1: Recordemos: La frase que sigue
es falsa. La frase que la precede es verdadera.
Entonces, si AV-BV, tenemos que la frase
que sigue es falsa (pero esto es una paradoja, porque BV) y la frase anterior
es falsa (y también nos da una paradoja, porque AV).
Opción 2: Recordemos: La frase que sigue
es falsa. La frase que la precede es verdadera.
Entonces, si AV-BF, tenemos que la frase
que sigue es falsa (esto sería correcto porque BF) y la frase anterior es falsa
(y aquí hay una paradoja, porque AV).
Empiezo a marearme...
Opción 3: Recordemos: La frase que sigue
es falsa. La frase que la precede es verdadera.
Entonces, si AF-BV, tenemos que la frase
que sigue es verdadera y la frase anterior es entonces verdadera (y también nos
da una paradoja, porque AF).
Por último (no sé si queda alguien al
otro lado de la línea), pasamos a la opción 4:
Recordemos: La frase que sigue es falsa. La frase que la
precede es verdadera.
(Yo ya no veo...).
Entonces, si AF-BF, tenemos que la frase
que sigue es verdadera (aquí de nuevo hay una paradoja porque BF; estoy que me
da un parraque) y la frase anterior es falsa (y aquí sí es cierto porque AF). Yo
ya no doy pie con bola. En fin... Gracias por escucharme en este Webinar. ¿Hay
alguien ahí? ¿Alguna pregunta?...
El conferenciante, máximo experto mundial en la paradoja de Epiménides, revisa el contador de oyentes: “Número de
participantes: cero pelotero”. No puede evitar tirar la toalla por una mezcla
de cansancio, aburrimiento e hipoglucemia vespertina:
-¡A la mierda, Epiménides! ¡Te veo y te
reviento!
¡Los hombres, siempre mentirosos,
bestias malvadas, vientres ociosos!
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