GRAN DUQUESA: ¡Oh, pobre señora Yakushova!, estamos hablando en charada: debe de preguntarse de qué se trata. NINOTCHKA: Nada de eso. Lo entiendo muy bien: el conde le regaló un perro. Lo ha dicho muy claro, señora. GRAN DUQUESA: ¡Oh, Dios mío!, estoy perdiendo mi distinción. Si no voy con cuidado, me entenderá cualquiera. Ernst Lubitsch: Ninotchka (1939). A mi antiguo alumno Luque, futuro profesor mágico Hace unos días me dio por ordenar mi trastero, lo cual viene a ser algo parecido a la experiencia de un astronauta que atraviesa la singularidad de un agujero de gusano. Actividades como esa son peligrosas porque, aparte de convertir todos los átomos de tu cuerpo en una sola onda, pueden aumentar en tus vías químicas neuronales los niveles de melancolía por el pasado perdido. Allí se encuentra uno de todo: viejas agendas, herramientas que hace añ...