
¿Por qué no cobrar 50 céntimos a cada alumno que, aparte de masticar chicle, moleste en clase? El dinero sería ingresado en la cuenta de una ONG. Hace unos años estuve dando clases en un instituto de Sevilla y tuve algunos grupos de alumnos con escaso o nulo interés. Tomé por norma cobrarles 50 céntimos cada vez que mascaban chicles o chupaban caramelos en clase y al final del curso reuní unos 70 euros, que ingresé en una cuenta solidaria (fotocopié el recibo y lo pinché en todos los tablones de las clases). A esa iniciativa la llamé RUMIANTES SOLIDARIOS.
Me pregunto cuánto dinero podría recaudarse si más profesores secundaran esta iniciativa, que podría extenderse a los alumnos que interrumpen las explicaciones del profesor.
Me parece magnífica la idea del café-tertulia con los padres que propugnan algunos centros: lo que ocurre es que habría que ver cuántos padres secundarían esa medida (suele ocurrir que a esas actividades se presentan casi siempre los padres de los alumnos que no suelen tener problemas con los estudios).
Creo que la figura del mediador es una buena idea, pero considero que también hay que atajar el problema antes, desde la base (INCLUSO DESDE PRIMARIA). La clave de este tema será habilitar fórmulas desde el propio sistema para dar salida a los "objetores escolares"; en definitiva, para dar a cada grupo de alumnos lo que van requiriendo desde muy temprano (en algunos casos, por mi propia experiencia lo sé, alumnos de 1º o 2º de ESO están de vuelta de todo y es ya muy difícil motivarlos).
La clave está en encontrar la utilidad que cada piedra requiere. En otros países más avanzados en estas cuestiones (en Alemania, por ejemplo), el hecho de clasificar a los alumnos para que estén en el grupo DE LOS QUE VAN A SEGUIR ESTUDIANDO o en el de los que PRONTO QUIEREN TRABAJAR es una tarea que se hace desde
Creo que no deberíamos emplear expresiones como "dictaminar" o "no dar oportunidades" al referirnos al asunto de la diversificación de los contenidos a los alumnos en función de sus potencialidades e intereses. Pienso que el hecho de que un alumno se integre pronto (cuanto antes sea posible) en el grupo DE LOS QUE VAN A SEGUIR ESTUDIANDO o en el de los que PRONTO QUIEREN TRABAJAR no significa una pérdida de oportunidades ni un dictamen apresurado sobre su futuro académico o profesional. El título sería el mismo para los alumnos de un grupo como para los del otro (hoy sucede lo mismo con los alumnos de 4º de ESO que cursan
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