
El Diccionario de la Real Academia Española define "capacidad" en su segunda acepción como "aptitud, talento, cualidad que dispone a alguien para el buen ejercicio de algo". Ese "ejercicio" puede ser, lógicamente, de una carrera académica o la capacitación para el desempeño de una profesión. No todo el mundo vale para estudiar, por mucho que una amplia mayoría de padres no lo termine de ver así. Una tarea de los tutores es explicar esto a los padres despistados.En cuanto a quién mide las capacidades de los alumnos, la respuesta lógica es "los profesores". Pero creo que ahí no está la cuestión, sino en cómo y para qué medir esas capacidades. CÓMO: creo que debe haber pruebas de evaluación objetivas y bien planteadas en todos los niveles de la enseñanza obligatoria que midan esas capacidades de las que hablamos. PARA QUÉ: en último término, el objetivo de esas pruebas de evaluación debería ser agrupar a los alumnos según sus intereses y capacidades que pienso que es una vía muy interesante para que los alumnos desarrollen mejor las cualidades que poseen.
Otra propuesta que ya es realidad efectiva en algunos centros es la de aportar a los padres una información regular del trabajo y la actitud de sus hijos (puede hacerse "on-line"). Evidentemente supone más carga laboral para el profesorado, pero es un instrumento útil para que los padres sepan rápidamente cómo trabajan sus vástagos. Si no a través de Internet, al menos podrían acceder a más información que la aportada por una simple nota numérica al final de cada evaluación. Informaciones del tipo "no realiza los deberes" o "tiene mala actitud en clase" dan sentido a esa nota numérica y en el caso de que los padres estén interesados pueden suponer un toque de atención al alumno.
Otra propuesta que ya es realidad efectiva en algunos centros es la de aportar a los padres una información regular del trabajo y la actitud de sus hijos (puede hacerse "on-line"). Evidentemente supone más carga laboral para el profesorado, pero es un instrumento útil para que los padres sepan rápidamente cómo trabajan sus vástagos. Si no a través de Internet, al menos podrían acceder a más información que la aportada por una simple nota numérica al final de cada evaluación. Informaciones del tipo "no realiza los deberes" o "tiene mala actitud en clase" dan sentido a esa nota numérica y en el caso de que los padres estén interesados pueden suponer un toque de atención al alumno.
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