
A Félix, in memóriam.
La palabra debate tiene actualmente su significado adulterado debido a su empleo en gallineros de televisión en los que famosillos de turno que no han leído un libro en su vida chillan desaforadamente y nadie escucha a nadie.
Desde estas páginas digitales reclamo la necesidad de incluir más contenidos culturales en la caja tonta.
Quiero recordar la magnífica labor divulgativa de Félix Rodríguez de la Fuente. Su forma de presentar el programa El hombre y la tierra fue un ejemplo de divulgación seria y entretenida al mismo tiempo.
A la sociedad en crisis en la que vivimos hay que transmitirle todos los valores positivos de la tradición cultural desde una perspectiva seria y al mismo tiempo atendiendo a la necesidad de entretenimiento de espectadores acostumbrados ya irreversiblemente a una estructura de cientos de cadenas de televisión, prescindibles muchas de ellas.
Hay que acercar la cultura, el Arte, al gran público. Ser culto no significa ser pedante.
La adquisición de la cultura no es fácil, pero hay que facilitarla, divulgarla. En ese tema Félix Rodríguez de la Fuente era un maestro. Te daba igual el tema del que te hablase (del lirón careto, de la economía china o de los limones salvajes del Caribe). Daba igual: él era un auténtico divulgador de cultura.
La pregunta para el debate es: ¿por qué no vemos hoy en televisión a personas como él?
Por último, en los escasos programas culturales de la televisión actual veo que falta un equilibrio necesario: un término medio entre los programas de burda estética de videoclip y las sesudas tertulias que apenas aportan nada consistente al común de los mortales. En el término medio habrán de estar la virtud y la verdad. Vale.
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Un abrazo, querido amigo