Ir al contenido principal

LA GENEROSIDAD






© Fotografía de Ramón Simón García.



   Miércoles Santo.




A mi amigo Joaquín, costalero de Sevilla


Sebastián de Covarrubias Orozco, en su Tesoro de la Lengua Castellana o Española (Madrid, 1611), que es el primer diccionario de nuestra lengua, define la palabra generoso en su segunda acepción de la siguiente forma: “el que considerada su persona sola, tiene valer y virtud, condición noble, liberal y dadivosa”.
Generosidad, nobleza, liberalidad, dadivosidad... son palabras que pueden tener un sabor antiguo, pero que hoy, en las circunstancias de la crisis sanitaria del coronavirus, deben ser rescatadas para que vuelva a tener esplendor el sentido que las anima.
La dádiva, según el Diccionario de la Lengua Española, es la “acción de dar gratuitamente”. Dádivas inmensas son las que hemos ido conociendo estos días en las noticias de personas que, de forma altruista, sin esperar nada a cambio, fabrican cientos de mascarillas para residencias u hospitales, ofrecen su ayuda a vecinos discapacitados, envían cartas de ánimo a los enfermos en los hospitales, ofrecen su tiempo y su arte para animar a los confinados en sus hogares...
De entre toda la videoteca de la crisis de la pandemia, uno de los vídeos más emocionantes que recibimos en los primeros días de la misma fue el que envió un transportista desde el Hotel Restaurante El Hacho, en Lora de Estepa (Sevilla), un punto relevante para que los camioneros que viajan por la A-92 puedan reponer fuerzas. Los dueños del local, a pesar de que el negocio permanece cerrado por la cuarentena, van dejando comida y bebida gratis en un pequeño camión situado en el aparcamiento, que en tiempo había sido rehabilitado para servir combinados de ginebra (aún luce el cartel de GIN-TONETTA).
        Los carteles que aparecen puestos en las ventanas del establecimiento y en el camión de abastecimiento apenas necesitan ningún comentario. Son la humanidad en persona: “Coja lo que necesite”; “Estamos con los camioneros. Esta lucha es de todos. No podemos abrir, pero sí apoyar”; “Transportista: autoservicio gratis. Por favor, coja lo que necesite. Estamos aquí las 24 horas”; “Apoyo desinteresado a transportistas y personas que trabajan para la causa”; “No admitimos dinero. Gracias”.
En el vídeo podemos ver el surtido de productos cedidos generosamente a la causa: agua, refrescos, dulces, café, leche, servilletas, gel de manos...
Este apoyo desinteresado, sin interés, desprendido de todo provecho personal, es impresionante.
Estos días, entre el mar de informaciones terribles que oímos, vemos o leemos (la altura de las curvas de contagios y muertes, la crisis económica que se nos viene encima, los efectos psicológicos del confinamiento...), ver un vídeo como este que comento es algo enternecedor, porque te demuestra que, en medio de la tragedia, siempre hay un corazón desprendido, generoso, dadivoso, liberal, desinteresado, que se entrega a los demás sin esperar nada a cambio, todo por una causa superior que es la pervivencia de la especie humana.
        Eso es ni más ni menos que el amor, que no se paga nunca con dinero. Que él nos guíe en estos tiempos de desesperanza.
        Por ello escribo y rezo. ¡Resistiremos!




Comentarios

Entradas populares de este blog

FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA

    DENEGACIÓN Y AUSENCIA DE LA HISTORIA   La Semana Santa no había existido nunca. Es cierto que se celebró otros años. Pero auténtica existencia no tiene hasta este Domingo de Ramos. Las otras Semanas Santas pertenecen a la Historia, es decir, al recuerdo. Y toda memoria se va, desaparece con su cauda de tiempos y acontecimientos, ante el hecho sencillo de salir los nazarenos a la calle. La Semana Santa surge en resurrección de milagro, que olvidan referencias y avatares. Por eso la Semana Santa es incapaz de filosofía e historia. En estos días no se razona. Se siente nada más. Se vive y no se recuerda. La Semana Santa no ha existido hasta ahora mismo. Queda lejana toda cuestión previa. Inútil buscarle raíces teológicas o tubérculos históricos. Nace la Semana Santa en sí, para sí y por sí. Es autóctona, autónoma y automática. Nace y crece como una planta. Dura siete días y en este tiempo germina, levanta el tallo, florece, fructifica y grana. Acaba finalme...

¿POR QUÉ NO SE CALLAN LOS ALUMNOS DE HOY?

       Querido lector:     Cuando me preguntan algunos amigos por mi agotador trabajo de profesor, siempre terminamos hablando del mismo asunto: de la cháchara interminable de muchos alumnos que sucede una y otra vez mientras el profesor está explicando.     En mi época de estudiante esto no sucedía porque simplemente te buscabas un problema si osabas interrumpir al profesor con tu charla. Entonces funcionaba aún la fórmula del jarabe de palo, por lo que los alumnos -temerosos del regletazo - nos esforzábamos en portarnos bien, estudiar y hacer las tareas.     Era aquél un sistema en el que la autoridad del maestro o del profesor era incontestable y en el que la sociedad entera podía aplicar sobre ti la autoridad. Incluso cualquier señor desconocido podía tirarte de las patillas en plena calle si veía que estabas haciendo el gamberro.     Si tus pad...

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA

--> A la memoria de mi tía Angélica Carta primera     Querida hija:     Hace unos días inútilmente intentaste, como otras veces, que yo dejase mis papeles y me pusiera a jugar contigo al ajedrez.     Ante mi negativa, me soltaste las siguientes preguntas: “Papá, ¿por qué no me haces caso? ¿Por qué estás siempre escribiendo por las tardes?”.     Aquellas palabras me hicieron reflexionar. No supe entonces qué contestarte (ya sabes que soy de reacciones lentas), pero llevo días dándole vueltas a la respuesta.    Como no me gusta responder de cualquier manera a cuestiones importantes como ésta, he decidido contestarte por escrito, por carta, como se hacía antiguamente. En estas cartas o epístolas intentaré dar respuesta a tus preguntas y a otras muchas que yo también me hago constantemente y que están relacionadas con las tuyas.     Antes que ...