Ir al contenido principal

TARDE DE REYES




A los amantes del misterio de la vida


    En el centro de la ciudad, todo el mundo corría ajetreado aquella tarde en busca de papeles de regalo, de juguetes para niños de muchas edades, de cintas de celo para envolverlos…

    La prisa los llevaba de un comercio a otro, donde tenían que abrirse paso con sus bolsas entre una marea de personas que inundaba las calles y las avenidas.

    Yo decidí cambiar mi rumbo para irme por las calles más solitarias y oscuras, donde el frío, asentado durante varias semanas, congelaba el aliento.

    En el silencio de aquellas barreduelas, percibí un temblor en los rayos de sol del ocaso.

    La luz se hacía poco a poco presente, despacio, con humildad, como pidiendo permiso al invierno.

    En una esquina, me paré delante de un zaguán que daba acceso a una preciosa reja de hierro.

    Me asomé.

    Allí, en la quietud de un patio sevillano adornado de plantas y mecido por el rumor del agua de una fuente, vi un precioso nacimiento.

    Cristo parecía sonreírme.

    -No me busquéis en el brillo de los trajes, en los chistes sin gracia o en las cadenas del oro... -parecía decirme.

    Al salir de aquel zaguán, un avión pasó justo por encima.

    La tarde expiraba.  

    A lo lejos, hacia el río, un rumor de gente me traía el deseo de un nuevo mundo.

    El misterio de la noche de Reyes se iba poco a poco haciendo presente.

    Emprendí el camino de regreso a casa.

 

    Cerca, unas campanas sonaron...

 


  

Comentarios

Entradas populares de este blog

FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA

    DENEGACIÓN Y AUSENCIA DE LA HISTORIA   La Semana Santa no había existido nunca. Es cierto que se celebró otros años. Pero auténtica existencia no tiene hasta este Domingo de Ramos. Las otras Semanas Santas pertenecen a la Historia, es decir, al recuerdo. Y toda memoria se va, desaparece con su cauda de tiempos y acontecimientos, ante el hecho sencillo de salir los nazarenos a la calle. La Semana Santa surge en resurrección de milagro, que olvidan referencias y avatares. Por eso la Semana Santa es incapaz de filosofía e historia. En estos días no se razona. Se siente nada más. Se vive y no se recuerda. La Semana Santa no ha existido hasta ahora mismo. Queda lejana toda cuestión previa. Inútil buscarle raíces teológicas o tubérculos históricos. Nace la Semana Santa en sí, para sí y por sí. Es autóctona, autónoma y automática. Nace y crece como una planta. Dura siete días y en este tiempo germina, levanta el tallo, florece, fructifica y grana. Acaba finalme...

¿POR QUÉ NO SE CALLAN LOS ALUMNOS DE HOY?

       Querido lector:     Cuando me preguntan algunos amigos por mi agotador trabajo de profesor, siempre terminamos hablando del mismo asunto: de la cháchara interminable de muchos alumnos que sucede una y otra vez mientras el profesor está explicando.     En mi época de estudiante esto no sucedía porque simplemente te buscabas un problema si osabas interrumpir al profesor con tu charla. Entonces funcionaba aún la fórmula del jarabe de palo, por lo que los alumnos -temerosos del regletazo - nos esforzábamos en portarnos bien, estudiar y hacer las tareas.     Era aquél un sistema en el que la autoridad del maestro o del profesor era incontestable y en el que la sociedad entera podía aplicar sobre ti la autoridad. Incluso cualquier señor desconocido podía tirarte de las patillas en plena calle si veía que estabas haciendo el gamberro.     Si tus pad...

SIETE CARTAS LITERARIAS A MI HIJA

--> A la memoria de mi tía Angélica Carta primera     Querida hija:     Hace unos días inútilmente intentaste, como otras veces, que yo dejase mis papeles y me pusiera a jugar contigo al ajedrez.     Ante mi negativa, me soltaste las siguientes preguntas: “Papá, ¿por qué no me haces caso? ¿Por qué estás siempre escribiendo por las tardes?”.     Aquellas palabras me hicieron reflexionar. No supe entonces qué contestarte (ya sabes que soy de reacciones lentas), pero llevo días dándole vueltas a la respuesta.    Como no me gusta responder de cualquier manera a cuestiones importantes como ésta, he decidido contestarte por escrito, por carta, como se hacía antiguamente. En estas cartas o epístolas intentaré dar respuesta a tus preguntas y a otras muchas que yo también me hago constantemente y que están relacionadas con las tuyas.     Antes que ...