A mi sobrina Paula, with affection
Queridos lectores:
Son muy jugosas las crónicas de Julio Camba del Londres previo al estallido de la I Guerra Mundial, publicadas entre 1910 y 1912 en el antiguo periódico El Mundo.
Parte de ellas fueron publicadas en un descacharrante libro suyo, quizás el mejor: Londres (1916).
La editorial Renacimiento publicó en 2024 sesenta y nueve de dichas crónicas en un volumen titulado Viviendo a la inglesa.
Son textos en los que el genial escritor gallego, maestro de la paradoja y la ironía, despliega un amplio conocimiento de la sociedad británica: sus costumbres, sus políticos, sus diferencias con otras naciones…
En una hilarante crónica titulada “La conversación del té”, Camba describe, utilizando erróneas traducciones literales del idioma inglés, el grado altísimo de la cortesía británica:
«(Salón inglés. Estilo inglés. Un piano, dos divanes, tres butacas, siete sillas y muchos cojines. En los muros, algunas acuarelas representando escenas de pesca. Dos viejas inglesas muy peripuestas, tres muchachas con trajes sastre, cuello, corbata y tacón bajo y tres gentlemen recién afeitados y recién planchados, que no pueden fumar. Five o'clock en el reloj. Una de las viejas inglesas se ha puesto a servir el té.)
LA VIEJA INGLESA (a la otra vieja inglesa.)-¿Como cuántos azúcares, please?
LA OTRA VIEJA INGLESA. Dos, please.
LA PRIMERA VIEJA INGLESA. -¿Usted ama lo fuerte, please?
LA SEGUNDA VIEJA INGLESA. - Muchas gracias. Un poco agua, please. Muchas gracias.
La primera vieja inglesa continúa sirviendo el té. Dirigiéndose a una de las señoritas, le pregunta:
-¿Tiene usted no cuchara?
La señorita. -Yo tengo no una. […]»
Y así hasta el final del texto, publicado en el diario El Mundo el 7 de octubre de 1911. Una delicia muy divertida.
En un mundo de tanto ruido y de tanta mala educación, acudir a textos como este es un verdadero placer.
Quizás por el mero placer de creer que, si ya no es posible universalizar los buenos modales, al menos estuvieron vivos hace ya una eternidad, antes de que las heridas terribles de las grandes guerras terminasen de desquiciar a la humanidad.
A principios de este mes de abril estaba yo leyendo The Times (cada uno se entretiene como quiere, usted) y recordé ese texto de Camba mientras leía un reportaje de Nicola Woolcock que reproduzco íntegro por su interés (la traducción es mía -y de la IA-):
Las expresiones corteses para decir lo que no queremos decir
«“La sociedad siente instintivamente que los modales son más importantes que la moral”, escribió Oscar Wilde, y la cortesía tortuosa que enmascara el verdadero significado incluso se puede leer en Beowulf.
Siglos después, las conversaciones británicas suelen estar plagadas de frases corteses que intentan ocultar el resentimiento latente y evitar la incomodidad, según muestran las investigaciones.
Estas expresiones incluyen "Suena divertido, te lo haré saber" (traducción: "No tengo intención de ir") y "Estoy seguro de que es cosa mía" (traducción: "Esto es completamente culpa tuya, pero estoy tratando de suavizar el golpe").
Casi la mitad de las personas dijeron a los investigadores que pronunciaban esas frases unas catorce veces al día.
El Trinity College de Londres encargó a 2000 adultos que crearan una lista de las frases británicas más utilizadas para evitar desacuerdos o incomodidad social.
“¿Podría pasar justo a tiempo?”, cuando alguien se interpone en tu camino, ha sido utilizado por el 48% de las personas.
"Lo siento, estoy un poco ocupado ahora mismo" fue dicho regularmente por el 41%, en lugar de pedir que lo dejaran solo, y casi la misma cantidad pronunció "No te apresures, cuando tengas un minuto", incluso en una situación urgente.
Dos clásicos pasivo-agresivos también son populares: "Con el debido respeto", como un amortiguador para expresar una opinión firme, y "Según mi último correo electrónico", como una forma educada de decir "Ya te lo dije".
Algunas frases populares significan todo lo contrario, incluyendo "¡No te preocupes!", que se traduce como "Esto es un desastre, finge que todo está bien"; “Podría ser peor”, lo que significa "Es prácticamente lo peor que me ha pasado en la vida" y "Lo tendré en cuenta", que significa "Olvidaré esto inmediatamente".
Otras fueron un poco más ambiguas como "Entiendo lo que dices" (Estoy completamente en desacuerdo contigo); "Esa es una forma de verlo" (Estás completamente fuera de lugar) y "Solo un amable recordatorio" (No puedo creer que no hayas hecho esto).
De los encuestados, el 72 por ciento consideró que usar frases corteses para distender una situación era un rasgo muy británico y el 46 por ciento dijo que las usaba para ser amable y evitar tensiones innecesarias.
Ben Beaumont, jefe de estrategia para profesores de inglés en el Trinity College de Londres, mencionó que las expresiones corteses se usan ampliamente, lo que a menudo refleja nuestra preferencia por ser indirectos para evitar la confrontación. Pero en realidad no son una tendencia nueva. Incluso hay ejemplos en Beowulf, que fue compuesto entre los siglos VII y IX.
“Esto incluye conversaciones entre Beowulf y Wulfgar, el heraldo del Rey, envueltas en un lenguaje cortés pero tratando de sacarlo del camino”.
Las diez primeras (el Top Ten)
1. "¿Podría pasar justo al lado de usted?" Traducción: "Por favor, apártate de mi camino" – Usada por el 48% de los encuestados.
2. "Suena divertido, te lo haré saber." Traducción: "No voy a ir" – 45%.
3. "Disculpe". Traducción: "Estoy furioso" – 42%.
4. "Lo siento, estoy un poco ocupado ahora mismo." Traducción: “Por favor, déjame solo – 41%.
5. "No te apresures, cuando tengas un minuto." Traducción: "Por favor, date prisa" – 39%.
6. "Con el debido respeto. Traducción "Te equivocas, y aquí te explico por qué" – 36%.
7. "Según mi último correo electrónico. Traducción: “Ya te lo dije" – 35%.
8. "Lo siento, ¿podrías repetir eso último?" Traducción: "No estaba escuchando ni una palabra de lo que decías" – 33%.
9. "Entiendo lo que dices". Traducción: "Estoy completamente en desacuerdo contigo" – 30%.
10. "¡No te preocupes!" Traducción: "Esto es un desastre, pero fingiré que todo está bien" – 30%.».
En fin, queridos lectores, estaría encantado de que ustedes hubiesen llegado hasta aquí, punto en el que les envío mi más alta consideración, en la esperanza de que pasen ustedes un buen final de semana.
Un seguro servidor que sus manos besa (¡puaj, qué asco!).
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