Creo que el concepto de COMPETITIVIDAD debe ser revisado. En todas las épocas históricas ha existido competitividad en todos los órdenes de la vida y pienso que en esta sociedad nuestra más que nunca. Los dos miembros de la pareja deben trabajar para pagar el "hipotecazo", pero no solo eso: las casas deben estar puestas de exposición como en las revistas de decoración, hay que hacer ejercicio, tener una salud mental de hierro, cultivar el cuerpo... y, entre muchas otras cosas, como si fuera una más, educar a los hijos. En fin, poco menos que hay que ser perfectos, y ese anhelo de perfección es lo que provoca múltiples ansiedades, depresiones, angustias y, en definitiva, carencias afectivas en los más pequeños. No es COMPETITIVIDAD la palabra correcta, sino EXIGENCIA. ¿Por qué no asumimos nuestras carencias? La Psicología moderna se empeña, por ejemplo, en curar todas nuestras obsesiones con terapias muy invasivas. ¿Por qué no dejamos correr el tiempo y que cada uno sea como e...