Ir al contenido principal

♣ Todos somos plagiarios de ideas, pues es imposible ser del todo originales. Todos los escritores roban ideas sin ser conscientes de ello. A quien plagia palabras ajenas sin referirse a su autor se lo encarcela, pero el plagiario de ideas universales, quien imita a los clásicos con nuevos conceptos, debe ser respetado y ensalzado, y no vilipendiado por envidia insana.

Hoy los autores del ámbito del famoseo han desvirtuado la literatura, haciendo destacar de ella los aspectos más superficiales y vulgares, con asuntos como el de los negros, los plagios o las cifras de venta.

♣ Mató al médico porque no le dio la baja y al profesor porque no aprobó a su hijo. ¡Viva la especialización individual! ¡Mueran las facultades!

♣ ¿Es mejor repetirse que contradecirse? Aún no he sabido resolver este asunto que me desvela.

♪ La revolución musical salvará al mundo. Esta novela imposible empezó a escribirse con las piezas de la misa de difuntos del Ritual Carolingio (Grupo de música Alfonso X el sabio), continuó con piezas magistrales de Beethoven, Mozart, Haydn y demás maestros clásicos y acaba con los sones de la música de Manolo García (gracias, sobre todo, por Somos levedad).

♫ Aclaración al anterior apunte musical: cuando hablo de música quiero hacerlo de música de verdad, no de ruido.

♣ El chico del walk-man iba absorto y no me había visto. El caso es que se chocó conmigo y me hizo daño. Yo puedo entender que la gente prefiera hoy aislarse de los demás y vivir como seres autónomos, pero por favor: no avasallen al resto del mundo.

De todas maneras, en este caso la pregunta es: ¿la gente sabe andar por la calle?

Comentarios

José Miguel Ridao ha dicho que…
El segundo apunte me ha recordado los Crímenes ejemplares de Max Aub. Abrazos.

Entradas populares de este blog

FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA

    DENEGACIÓN Y AUSENCIA DE LA HISTORIA   La Semana Santa no había existido nunca. Es cierto que se celebró otros años. Pero auténtica existencia no tiene hasta este Domingo de Ramos. Las otras Semanas Santas pertenecen a la Historia, es decir, al recuerdo. Y toda memoria se va, desaparece con su cauda de tiempos y acontecimientos, ante el hecho sencillo de salir los nazarenos a la calle. La Semana Santa surge en resurrección de milagro, que olvidan referencias y avatares. Por eso la Semana Santa es incapaz de filosofía e historia. En estos días no se razona. Se siente nada más. Se vive y no se recuerda. La Semana Santa no ha existido hasta ahora mismo. Queda lejana toda cuestión previa. Inútil buscarle raíces teológicas o tubérculos históricos. Nace la Semana Santa en sí, para sí y por sí. Es autóctona, autónoma y automática. Nace y crece como una planta. Dura siete días y en este tiempo germina, levanta el tallo, florece, fructifica y grana. Acaba finalmente cuando el

LIBRO (AÚN) NO DEVUELTO A UNA BIBLIOTECA MÁS DE 110 AÑOS DESPUÉS

      Ficha bibliográfica:     Título: De sobremesa .     Subtítulo: Crónicas .     Autor: Jacinto Benavente (1866-1954).     Editor: Librería de Fernando Fe (Puerta del Sol, 15).     Lugar: Madrid.     Descripción física: 299 páginas.     Fecha de publicación: 1910.     Información bibliotecológica:     En la última página numerada, la 299, aparece la referencia FIN DE LA 1.ª SERIE.     El ejemplar tiene un tejuelo pegado en el lomo en el que se lee impreso el número 72. También en el lomo del libro está grabado en oro el número 1 (que corresponde seguramente al número de la primera serie de crónicas de Benavente).    En el interior podemos ver varios sellos de tinta:       1) Uno de tinta azul oscura con forma de libro abierto por la mitad: en la página izquierda, el lema “Biblioteca Popular Riotinto”; en la derecha, el antiguo escudo del ayuntamiento de Minas de Riotinto.     2) Otro sello de tinta violeta en forma de óvalo horizontal de doble corona. En la parte de arriba se lee

¿POR QUÉ NO SE CALLAN LOS ALUMNOS DE HOY?

       Querido lector:     Cuando me preguntan algunos amigos por mi agotador trabajo de profesor, siempre terminamos hablando del mismo asunto: de la cháchara interminable de muchos alumnos que sucede una y otra vez mientras el profesor está explicando.     En mi época de estudiante esto no sucedía porque simplemente te buscabas un problema si osabas interrumpir al profesor con tu charla. Entonces funcionaba aún la fórmula del jarabe de palo, por lo que los alumnos -temerosos del regletazo - nos esforzábamos en portarnos bien, estudiar y hacer las tareas.     Era aquél un sistema en el que la autoridad del maestro o del profesor era incontestable y en el que la sociedad entera podía aplicar sobre ti la autoridad. Incluso cualquier señor desconocido podía tirarte de las patillas en plena calle si veía que estabas haciendo el gamberro.     Si tus padres se enteraban encima de que habías fallado en el colegio o en la calle, caía sobr